Tipología del bibliotecario, es un interesante trabajo de Emilio Setién Quesada, el cual con toda seguridad le aportará mucho para su desarrollo profesional.¡Disfrútelo!
Resumen: Se presenta el estudio realizado para diseñar un sistema de cargos bibliotecarios, científicamente estructurado, útil para mejorar la actual legislación laboral cubana de la especialidad. A partir la definición de la bibliotecología y su estructura, según la concibe la Teoría bibliológico informativa, se presentan las categorías asociativas de los bibliotecarios, la tipología de estos profesionales que refleja la literatura especializada internacional y el sistema diseñado.
Introducción
Ya se ha señalado en otros trabajos cómo a lo largo del siglo XX se pasó por momentos históricos en los cuales aparecieron tendencias para cambiar o eliminar la denominación de bibliotecario: cuando nacieron las ciencias de la documentación, primero, y las de la información más tarde.
Se ha explicado asimismo cómo esas tendencias no prevalecieron de forma general por razones científicas y culturales y porque, incluso, fueron desechadas por algunos de los que se vieron involucrados en ellas1.
En alguna medida estos criterios se han manifestado también en Cuba. En la actualidad se enfrentan en el país nuevas dificultades al respecto, que, aunque de implicaciones no tan drásticas como las antes comentadas, si inciden negativamente en la identidad profesional.
Con la política de mejorar de forma acelerada la estimulación salarial en los diversos sectores de la producción y los servicios, se han introducido cambios en la denominación de las plazas ocupadas por los bibliotecarios de acuerdo con los criterios de los organismos e instituciones donde laboran, sin una coordinación ni un enfoque teórico coherentes, lo que ha dado origen a un mosaico de denominaciones y definiciones que se solapan por momentos, y que fue necesario estudiar, a la luz las concepciones y definiciones que existen al respecto en la práctica internacional de la profesión.
El estudio así emprendido permitiría diseñar un sistema de cargos bibliotecarios, científicamente estructurado, útil para mejorar por quienes corresponda la actual legislación laboral cubana de la especialidad.
Se ha explicado asimismo cómo esas tendencias no prevalecieron de forma general por razones científicas y culturales y porque, incluso, fueron desechadas por algunos de los que se vieron involucrados en ellas1.
En alguna medida estos criterios se han manifestado también en Cuba. En la actualidad se enfrentan en el país nuevas dificultades al respecto, que, aunque de implicaciones no tan drásticas como las antes comentadas, si inciden negativamente en la identidad profesional.
Con la política de mejorar de forma acelerada la estimulación salarial en los diversos sectores de la producción y los servicios, se han introducido cambios en la denominación de las plazas ocupadas por los bibliotecarios de acuerdo con los criterios de los organismos e instituciones donde laboran, sin una coordinación ni un enfoque teórico coherentes, lo que ha dado origen a un mosaico de denominaciones y definiciones que se solapan por momentos, y que fue necesario estudiar, a la luz las concepciones y definiciones que existen al respecto en la práctica internacional de la profesión.
El estudio así emprendido permitiría diseñar un sistema de cargos bibliotecarios, científicamente estructurado, útil para mejorar por quienes corresponda la actual legislación laboral cubana de la especialidad.
Bibliotecas. Anales de Investigación. No 3. Enero-diciembre, 2007
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